El Esperanto: El Lenguaje del Hombre
Chris R. Warnken
En
esta era moderna de los viajes en jet, el hombre percibe que la Tierra se vuelve cada vez
más pequeña. Su concepto de los países
extranjeros distantes se ha convertido en el de vecinos próximos. Sus antepasados viajaban meses para ir de un
lugar a otro, lo que él hace ahora en pocas horas por avión. Esta población
explosiva de la humanidad demanda cada vez más recursos que están dispersos por
toda la Tierra
en posesión de poderes extranjeros.
Esto nos hace aceptar el hecho obvio de nuestra dependencia, del uno sobre el
otro. La interdependencia hace que la comunicación sea absolutamente necesaria
entre aquellos que poseen y aquellos que necesitan de esos recursos dispersos.
Sin embargo, desde los tiempos de la
Torre de Babel, o algo similar, el hombre ha desarrollado su
comunicación sólo a través de lenguajes locales de tribu o de grupo, ya que
esto constituía la extensión de su mundo. En épocas más recientes, él ha
descubierto verdaderamente el gran mundo exterior
de muchas lenguas. ¿Cómo puede comunicarse?
Existen
dos soluciones posibles: aprender todos los idiomas, o todos aprender un idioma
común. Los miembros del dominante, por no decir imperioso, mundo anglicista
dicen que no hay problema: “¡Todo el mundo habla inglés!”. Pero esto lo afirma
jactanciosamente sólo la gente de habla inglesa. En realidad, según la
estadística, sólo un diez por ciento de la población del mundo pueda hablar
inglés. Muchas de las personas entre ese diez por ciento son empleadas
alrededor del mundo, en trabajos creados simplemente para comunicarse con
aquellos que sólo hablan inglés. Ellos son los intermediarios que llenan el
vacío entre nosotros y el aún mucho mayor noventa por ciento.
La
historia ha creado otros problemas –el Tercer Mundo, pro ejemplo. Muchos
pueblos que existieron como colonias por mucho tiempo bajo la dominación mal
recibida de la cultura francesa, inglesa, española, portuguesa y otras,
experimentan un problema psicológico como naciones independientes recientes,
cuando se enfrentan con sus idiomas coloniales del pasado. Desean olvidar su
pasado infeliz. Están orgullosos de su propia lengua nativa, es apreciada por
estos pueblos y debería preservarse. Se dice que son muchos millares de idiomas
distintos. Las estadísticas fácilmente disponibles muestran que existen
alrededor de trescientas lenguas que son habladas por menos por un millón de
individuos. Entre éstas están el estonio, el congoleño y el macedonio, hablados
por un mínimo de un millón de personas. La gente de estas culturas no rendirá
su lenguaje y no debería hacerlo. Sin embargo, la necesidad creciente de
comunicación sigue siendo un gran problema. ¿Qué hacer?
Un Nuevo Lenguaje
Más
o menos un siglo atrás, un joven polaco agonizaba con este problema en forma
similar, aunque quizás por razones un tanto diferentes. Luís L. Zamenhof, hijo
de un profesor de escuela y censor, quien vivió en Bialystok, ocupada por los
rusos, experimentó personalmente las tristes condiciones resultantes de la confusión
de idiomas. En esta ciudad polaca, el idioma polaco fue prohibido. La educación
era enseñada en ruso y todos los procedimientos legales se llevaban a cabo en
ese idioma. La literatura polaca, igualmente prohibida, se obtenía solamente
por medios clandestinos. La comunidad era multinacional como lo fueron la
mayoría de las ciudades europeas históricas. Los pobladores hablaban ruso,
polaco, alemán, yiddish o hebreo, dependiendo de su origen. Era inevitable que
con el tiempo se desenvolvieran muchos malentendidos y peleas desagradables.
Este fue un espectáculo deprimente para que un niño frágil y sensible lo
experimentara. Efectivamente, esto tuvo preocupada la mente de Luís hasta que
lo sacudió para buscar una solución a tal problema devorador. Su conclusión fue
que el lenguaje y la religión fueron el origen del rencor. Se convenció de que
se necesitaba una secunda lengua
comunicativa, que no interfiriera con el lenguaje nacional nativo usado en
familia o privadamente. En 1887, después de diez años de intenso desarrollo y
evolución, y contando con alguna pequeña ayuda económica, el joven Zamenhof
publicó su folleto titulado Lengua Internacional. Usó el seudónimo de D-ro Esperanto (el doctor que tiene
esperanza) con el propósito de proteger su identidad de castigos y censura
inevitables. El éxito fue inmediato y pronto el lenguaje se conoció simplemente
como Esperanto. Por lo visto el mundo
había estado esperando por tal solución precisa a sus necesidades de
comunicación. El uso del esperanto se extendió hasta tal punto como para crear
la necesidad de una convención mundial. Esta se realizó en Boulogne-sur-Mer,
Francia, en el año de 1905. Desde ese entonces, se ha reunido una convención
internacional cada año, con la excepción de 1914 cuando estalló la Primera Guerra Mundial. La gran
convención de 1981 se reunió en Brasilia, Brasil. El esperanto ha florecido por
ciclos, habiendo tenido retrasos temporales causados por las grandes guerras.
Los dictadores y políticos siniestros encabezan la lista de aquellos que buscan
suprimir la difusión del esperanto, al menos hasta los últimos años. Esta
lengua, siendo no lucrativa en su naturaleza, sufre también de muy poca
publicidad, como sucede con la mayoría de otros movimientos de las minorías.
Ninguna lengua puede ser aprendida sin el esfuerzo sincero. No obstante, entre
los lenguajes, el esperanto es el más fácil de aprender. La razón? Está
construido científicamente para evitar todas las dificultades que hacen que la
mayoría de las segundas lenguas sean difíciles de aprender. El esperanto es
usado a menudo como una introducción a los idiomas extranjeros más tradiciones.
¿Cuáles son los secretos de la atracción para un lenguaje tan fácil? ¿Por qué
el sonido de éste fluye musical y naturalmente? ¿Por qué está siendo hablado en
más de noventa y tres países hoy en día? ¿Qué facilidad que la gente de toda
cultura lo hable con igual facilidad?
El
esperanto se deletrea fonéticamente: una
letra –un sonido. Se deletrea en la forma como suena y suena como se
deletrea. La sílaba acentuada es siempre la penúltima. Las dieciséis reglas
básicas no permiten excepciones. No existen verbos irregulares (la aflicción de
todo estudiante de idiomas). No hay sonidos que sean difíciles de pronunciar
por personas de ciertas culturas. El vocabulario se mantiene relativamente
corto a través del uso sistemático y generosos de prefijos y sufijos. Por
ejemplo: bono –bueno (sustantivo), bona -bueno (adjetivo), bone –bien (adverbio de modo), boneco
-bondad, pli bona –mejor, plej bona –el
mejor, malbona –malo, bonulo –buena persona.
Uno
de los factores más alentadores hacia la aceptación universal del esperanto es
que éste es neutral. Es a apolítico, ya que no pertenece a ninguna nación o
cultura. El orgullo y el nacionalismo influyen en todos los países,
especialmente en los menos dominantes, para oponerse a la adopción del leguaje
nacional de otros. De este modo, el esperanto aprendido por igual por todas las
naciones, grandes o pequeñas., algunos eruditos sofisticados se quejan, “¡Pero
es un lenguaje artificial!”. Sí, ¡al igual que todos los otros idiomas! Todos
fueron creador por el hombre en algún momento en el pasado. El esperanto tiene
la ventaja de estar elaborado científicamente para evitar las excentricidades
molestas de los lenguajes naturales
(nacionales).
En
nuestro mundo que sufre económicamente, los servicios de traducción e
interpretación están agotando los recursos financieros de todas las
organizaciones internacionales que sirven a las relaciones humanas. Las
Naciones Unidas, el Mercado Común Europeo, la organización de Unidad Africana,
y grupos similares deben emplear un ejército de traductores e intérpretes en un
esfuerzo tremendo por mantener a su grupo de miembros informados. Pero en el
mejor de los casos, este servicio incluye de seis a nueve idiomas solamente.
Así, cada representante debe tener conocimiento de por lo menos una de esas
lenguas oficiales, ¡sin importar su idioma nativo! ¡Cuánto tiempo nos tomará
darnos cuenta de que con el esperanto (el cual, dicho sea de paso, se aprende
con frecuencia sin maestro) un esfuerzo concertado a través de las Naciones
Unidas por ejemplo, podría hacer posible que la ciudadanía entera del mundo se
comunicara mutua y claramente en no más de una generación! ¡Visualicen este
pensamiento por un momento!
El
esperanto no es un juego; no es un sueño imposible, aunque en su relativa
infancia (casi cien años de antiguo)
entre los idiomas del mundo, está sólidamente establecido y su uso se
expande cada vez más.
Existen a la fecha ciento veintisiete
diccionarios técnicos y vocabularios en unas cincuenta ramas de la ciencia,
filosofía, tecnología y artes manuales, publicaciones en el lenguaje
internacional Esperanto. La literatura esperanto es amplia en novelas, cuentos
cortos, obras teatrales, poemas, así como también obras científicas,
filosóficas y de enseñanza, traducidas y originales. La biblioteca de la Asociación Británica
de Esperanto contiene unos treinta mil ensayos registrados. Existen numerosas
revistas publicadas en esperanto en todo el mundo. Unas veintitrés estaciones
de radio transmiten en esperanto regularmente. La Asociación Universal
de Esperanto con su sede en Rótterdam, tiene relaciones consultivas con las
Naciones Unidas y la
Organización de los Estados Americanos. Hay cientos de clubes
locales y asociaciones de esperanto a través de todo el mundo.
Si
alguna vez el mundo va a disfrutar de la verdadera hermandad del hombre, debe
experimentar compresión mutua y directa. A pesar de que la traducción del
lenguaje nos ha llevado muy lejos en nuestra civilización, esto se compara a
una fotografía de un lugar, la grabación magnetofónica de una buena música, una
esencia perfumada o un sabor artificial. ¡Todos son en realidad artificiales!
Cualquier ser humano puede comunicarse directamente con otro, si él decide
finalmente que desea hacerlo. Una persona inteligente aprende el lenguaje
esperanto rápida y fácilmente, simple, flexible, musical, es la solución
práctica al problema del entendimiento mutuo universal. El esperanto merece su seria
consideración.
Nota: este artículo fue publicado
originalmente en la Revista El
Rosacruz en noviembre de 1982, cuando su autor, el Gran Maestro Emérito Chris R
Warnken, F.R.C., era presidente de la Organización
Regional de Esperanto de San Francisco, delegado de San José
para la Asociación Universal
de Esperanto y representante especial de la Orden Rosacruz para la misma
asociación.
Venezuela Stelo, órgano oficial
de la Asociación Universal
de Esperanto, nº 55, Diciembre 1993, páginas 10 al 12.
1 comment:
Ricardo, excelente! Siempre el esperanto lleva en mí sentimientos muy sublimes... lastimosamente por muchas cosas incumplí ir a los Chaguaramos cuando estaba en Caracas. Pero sé que llegará un momento si Dios quiere para dedicar más tiempo a tan profunda y noble labor! Un abrazo!
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