Entradas populares

Tuesday, January 15, 2013

Venezuela Esperanto-Asocio y la crisis sobre la reducción del número de miembros



Venezuela Esperanto-Asocio y la crisis sobre la reducción del número de miembros 


 


Hace unos días recibí una Marfermita letero (carta abierta) de Peter Jaimez, persona que cumplió con determinadas funciones en la Venezuela Esperanto-Asocio (Asociación Venezolana de Esperanto) hace años ya. Personalmente no conozco al señor Jaimez y tampoco puedo hablar de cualquier conflicto ocurrivo en VEA antes de mi llegada a la asociación. Me gustaría traducir el contenido de su carta, la cual fue enviada en Esperanto (la carta la he publicado aquí). He publicado también (aquí) la respuesta de Ricardo Coutinho, Secretario de VEA, a las cuestiones planteadas por Jaimez. Me gustaría primero traducir al español las cartas, para poder comentarlas punto por punto. Sin embargo, sólo escribiré ahora algunas aclaratorias.

La carta de Jaimez contiene comentarios, que parecen estar llenos de sarcasmo, que apuntan a aseveraciones que, yo por mi parte, no he podido constatar. Él escribe por ejemplo que (traducción parafraseada) "VEA es totalmente unitaria, tiene miembros con las mismas ideas, no hay problemas con seguidores de la neutralidad, feligreses, no socialistas, etc. Hay armonía dentro de la asociación". Yo conocí a todos, creo, los miembros de VEA entre 2009 y 2010. Varias veces nos reunimos en la asociación o en algún restaurante para compartir una comida y puedo decir que son personas con distintas ideas políticas y religiosas. Se puede decir que el Profesor Negrete, Presidente de la Asociación, tiene una orientación de izquierda, así como yo, pero NUNCA en una reunión de la asociación, o en una Zamenhofa Vespero o incluso en alguna reunión fuera de la asociación, NUNCA una tendencia política específica fue el centro de la discusión o de la conversación. Todas las reuniones y conversaciones en las que estuve presente junto con los otros miembros, fueron reuniones abiertas, respetuosas, intelectualmente elevadas, en las que nadie impuso una idea sobre política o religión. Incluso pude notar que cada miembro tiene ideas distintas sobre el asunto que nos une: el Esperanto. Hay diversidad incluso en la unidad de pertenecer a aquello que nos gusta.

Lo mismo afirmo de la religión. Sé que otros miembros de la asociación son cristianos. Yo sin embargo soy ateo fuerte. Y NUNCA, en ningún momento, durante mi presencia en la asociación o en alguna reunión con los otros miembros, fuera o dentro de la asociación, NUNCA hubo comentarios o comportamientos ofensivos o hirientes hacia mi persona por ser ateo. Yo tampoco he tratado de imponer a nadie mi punto de vista en ese respecto. Todas las conversaciones y reuniones en las que participé fueron abiertas, diversas, respetuosas e intelectualmente elevadas, en el sentido de que ningún punto de vista particular fue el centro o la imposición por parte de alguien. Cada quien podía hablar libremente y compartir opiniones diferentes. Es cierto que el profesor Negrete sabe desenvolver sus opiniones en público, en reuniones o círculos, pero esto no es más que la habilidad natural de una persona intelectualmente desarrollada y con alguna capacidad de liderazgo. En ningún momento, de todo el tiempo en que participé en persona, ocurrió que en la asociación se maltratara o discriminara a una persona por tener determinada inclinación político o religiosa o filosófica.

Que VEA tenga muy pocos miembros es un problema que enfrentan todas las asociaciones de Esperanto en el mundo, tal como aclara Ricardo Coutinho en su respuesta: con el uso masificado de Internet y de las nuevas teconologías de la comunicación (Skype, teléfonos inteligentes, Facebook, etc), los hablantes del Esperanto sienten que ya no necesitan pertenecer a un club o asociación para disfrutar y utilizar el idioma. Simplemente conectándose a Internet ya tienen acceso a una cantidad de servicios y materiales, muchos e los cuales son gratis. Además muchos piensan (no sólo los venezolanos): ¿para qué pagar una cuota para pertenecer a una asociación, si puedo obtener todo lo que quiero con una tarjeta de crédito y una conexión a internet? Yo también mencionaría el hecho de que sufrimos en nuestra idiosincrasia (me refiero a los venezolanos) un individualismo malsano que es duro de subsanar. Somos buenos trabajando por separado, pero somos malos para formar y trabajar en determinados tipos de equipos. Peter Jaimez hace preguntas incómodas que son válidas, pero deberíamos hacer otras preguntas incómodas que también son necesarias. Por ejemplo, ¿cuántos hablantes del Esperanto o simpatizantes de la idea en Venezuela han dado la espalda a VEA porque prefieren escoger el individualismo del esperantohablante solitario que ve como una pérdida de tiempo y dinero trabajar en equipo con otras personas, o viajar a una ciudad determinada para participar en un congreso de Esperanto? VEA tampoco tiene dinero para darle todos los servicios y materiales gratis a los interesados y pagar pasajes y habitaciones de hotel para que las personas puedan pertenecer a VEA sin ningún esfuerzo o aporte. Yo mismo siento remordimiento de consciencia, porque tuve que abandonar Caracas, donde viví durante tres años, alejándome físicamente de VEA y de las reuniones. Y sin embargo continúo diagramando y diseñando la Venezuela Stelo, la revista de VEA, trabajo que hago con gusto ad honorem, si se puede decir, y que doy a la asociación como mi aporte personal. Es lo que puedo hacer para ayudar a VEA y lo hago sin esperar nada a cambio.

Otro punto de la carta de Jaimez: "¿Por qué VEA no recibe ayuda del gobierno venezolano?" Esto no sabría responderlo yo, puesto que no tengo información de cómo VEA se ha relacionado institucionalmente con el estado/gobierno venezolano. Sólo tengo conocimiento de esto: VEA recibió ayuda del gobierno cuando una editorial oficialista publicó una versión bilingüe de los textos de Simón Bolívar, traducidos al Esperanto. También tengo entendido que el gobierno venezolano ha ofrecido ayuda financiera a los venezolanos habalntes del Esperanto que quieran viajar para participar en Congresos Universales de Esperanto en otros países. Tengo entendido que incluso esta facilidad, esta ayuda, ha sido ignorada por todos los venezolanos , fuera de VEA, interesados en el Esperanto. Sé de primera mano que incluso Ricardo Coutinho ha tratado de organizar un congreso nacional, para lo cual ha enviado cartas y convocatorias y al parecer sólo una persona respondió. Un congreso nacional necesita dinero para ser organizado y llevado a cabo. Los interesados deben participar con una cuota, además de pagarse otros gastos como alojamiento, etc. Sólo los cuatro o cinco miembros de VEA, como dice el señor Jaimez, parecen ser los únicos en este país de 27 millones de habitantes, en estar dispuestos a invertir un poco de dinero en un congreso nacional de Esperanto, puesto que los otros esperantistas conocidos y contactados por correo electrónico ni siquiera responden a las ideas propuestas y enviadas por Ricardo Coutinho, el secretario de VEA. ¿Qué se supone que deba hacer VEA? ¿Falsificar dinero e hipnotizar a los otros simpatizantes del idioma dentro de Venezuela para obligarlos a dejar sus ciudades por uno o dos días para participar en un congreso? Y sin embargo, como venezolanos, gastamos dos mil o cinco mil bolívares en bebidas alcohólicas un viernes por la noche, o gastamos ocho mil bolívares en un Blackberry nuevo, porque tenemos que estar a la moda. ¡Así somos los venezolanos! Queremos que nos den todo ya listo y hecho, pero no queremos participar para construir algo en equipo...

Lo que me parece la parte más injusta de esta carta es la parte en la que se culpabiliza de todos estos problemas al Esperanto. ¿Cómo puede tener la culpa un idioma de lo que su comunidad de hablantes hacen? El idioma puede ser total y perfectamente neutral: lamentablemente las personas difícilmente lo saben ser. Y para pertenecer a una asociación o club, hay que ser neutrales, como por ejemplo cuando nos desagrada alguien por razones personales o porque tiene una verruga en la cara, etc. Yo también he sido neutral en el sentido de que cuando publico una idea polémica siempre aclaro que se trata de MI IDEA PERSONAL, que no tiene nada que ver con VEA y sus otros miembros. El hecho de pertenecer a una asociación no anula la libertad de expresión individual. No me parece tampoco que VEA sea un "clubesito de enemigos del inglés", como escribe el señor Jaimez. Hasta donde tengo entendido, yo soy el único miembro de VEA que ha escrito ferozmente contra el uso del inglés como idioma internacional. ¿Será que esa parte de la carta de Jaimez se refiere a mi persona? Nunca durante mi presencia en VEA escuché hablar a los otros miembros en contra del inglés. Algunos de ellos hablan inglés. Yo lo estudio en la universidad, y no me considero "enemigo del inglés", me considero enemigo de la imposición del inglés. Incluso si tal fuera el caso actual, me consideraría enemigo de la imposición del español en el mundo (mi propia lengua materna), en detrimento de un idioma planificado que amo y que utilizo con placer, el Esperanto. Al igual que la diversidad de tendencias políticas y religiosas, los miembros de VEA hablan distintos idiomas, y NUNCA en alguna reunión o conversación que yo haya presenciado se asumió la postura de ser "enemigos del inglés", ni colectiva ni oficial ni extraoficialmente.

No comments: