Venezuela Esperanto-Asocio y la crisis sobre la
reducción del número de miembros
Ramón Morales en http://elultimatumhiperboreo.blogspot.com/2013/01/asunto-venezuela-esperanto-asocio-y-la.html
Hace unos
días recibí una Marfermita letero (carta abierta) de Peter Jaimez,
persona que cumplió con determinadas funciones en la Venezuela
Esperanto-Asocio (Asociación Venezolana de Esperanto) hace años ya.
Personalmente no conozco al señor Jaimez y tampoco puedo hablar de cualquier
conflicto ocurrivo en VEA antes de mi llegada a la asociación. Me gustaría
traducir el contenido de su carta, la cual fue enviada en Esperanto (la carta
la he publicado aquí). He
publicado también (aquí) la
respuesta de Ricardo Coutinho, Secretario de VEA, a las cuestiones planteadas
por Jaimez. Me gustaría primero traducir al español las cartas, para poder
comentarlas punto por punto. Sin embargo, sólo escribiré ahora algunas
aclaratorias.
La carta de
Jaimez contiene comentarios, que parecen estar llenos de sarcasmo, que apuntan
a aseveraciones que, yo por mi parte, no he podido constatar. Él escribe por
ejemplo que (traducción parafraseada) "VEA es totalmente unitaria, tiene
miembros con las mismas ideas, no hay problemas con seguidores de la
neutralidad, feligreses, no socialistas, etc. Hay armonía dentro de la
asociación". Yo conocí a todos, creo, los miembros de VEA entre 2009 y
2010. Varias veces nos reunimos en la asociación o en algún restaurante para
compartir una comida y puedo decir que son personas con distintas ideas
políticas y religiosas. Se puede decir que el Profesor Negrete, Presidente de
la Asociación, tiene una orientación de izquierda, así como yo, pero NUNCA en
una reunión de la asociación, o en una Zamenhofa Vespero o incluso en
alguna reunión fuera de la asociación, NUNCA una tendencia política específica
fue el centro de la discusión o de la conversación. Todas las reuniones y
conversaciones en las que estuve presente junto con los otros miembros, fueron
reuniones abiertas, respetuosas, intelectualmente elevadas, en las que nadie
impuso una idea sobre política o religión. Incluso pude notar que cada
miembro tiene ideas distintas sobre el asunto que nos une: el Esperanto. Hay
diversidad incluso en la unidad de pertenecer a aquello que nos gusta.
Lo mismo
afirmo de la religión. Sé que otros miembros de la asociación son cristianos.
Yo sin embargo soy ateo fuerte. Y NUNCA, en ningún momento, durante mi
presencia en la asociación o en alguna reunión con los otros miembros, fuera o
dentro de la asociación, NUNCA hubo comentarios o comportamientos ofensivos o
hirientes hacia mi persona por ser ateo. Yo tampoco he tratado de imponer a
nadie mi punto de vista en ese respecto. Todas las conversaciones y reuniones
en las que participé fueron abiertas, diversas, respetuosas e intelectualmente
elevadas, en el sentido de que ningún punto de vista particular fue el centro o
la imposición por parte de alguien. Cada quien podía hablar libremente y
compartir opiniones diferentes. Es cierto que el profesor Negrete sabe
desenvolver sus opiniones en público, en reuniones o círculos, pero esto no es
más que la habilidad natural de una persona intelectualmente desarrollada y con
alguna capacidad de liderazgo. En ningún momento, de todo el tiempo en que
participé en persona, ocurrió que en la asociación se maltratara o discriminara
a una persona por tener determinada inclinación político o religiosa o
filosófica.
Que VEA
tenga muy pocos miembros es un problema que enfrentan todas las asociaciones de
Esperanto en el mundo, tal como aclara Ricardo Coutinho en su respuesta: con el
uso masificado de Internet y de las nuevas teconologías de la comunicación (Skype,
teléfonos inteligentes, Facebook, etc), los hablantes del Esperanto
sienten que ya no necesitan pertenecer a un club o asociación para disfrutar y
utilizar el idioma. Simplemente conectándose a Internet ya tienen acceso a una
cantidad de servicios y materiales, muchos e los cuales son gratis. Además
muchos piensan (no sólo los venezolanos): ¿para qué pagar una cuota para
pertenecer a una asociación, si puedo obtener todo lo que quiero con una
tarjeta de crédito y una conexión a internet? Yo también mencionaría el hecho
de que sufrimos en nuestra idiosincrasia (me refiero a los venezolanos) un
individualismo malsano que es duro de subsanar. Somos buenos trabajando por
separado, pero somos malos para formar y trabajar en determinados tipos de
equipos. Peter Jaimez hace preguntas incómodas que son válidas, pero deberíamos
hacer otras preguntas incómodas que también son necesarias. Por ejemplo,
¿cuántos hablantes del Esperanto o simpatizantes de la idea en Venezuela han
dado la espalda a VEA porque prefieren escoger el individualismo del
esperantohablante solitario que ve como una pérdida de tiempo y dinero trabajar
en equipo con otras personas, o viajar a una ciudad determinada para participar
en un congreso de Esperanto? VEA tampoco tiene dinero para darle todos los
servicios y materiales gratis a los interesados y pagar pasajes y habitaciones
de hotel para que las personas puedan pertenecer a VEA sin ningún esfuerzo o
aporte. Yo mismo siento remordimiento de consciencia, porque tuve que abandonar
Caracas, donde viví durante tres años, alejándome físicamente de VEA y de las
reuniones. Y sin embargo continúo diagramando y diseñando la Venezuela Stelo,
la revista de VEA, trabajo que hago con gusto ad honorem, si se puede
decir, y que doy a la asociación como mi aporte personal. Es lo que puedo hacer
para ayudar a VEA y lo hago sin esperar nada a cambio.
Otro punto
de la carta de Jaimez: "¿Por qué VEA no recibe ayuda del gobierno
venezolano?" Esto no sabría responderlo yo, puesto que no tengo
información de cómo VEA se ha relacionado institucionalmente con el
estado/gobierno venezolano. Sólo tengo conocimiento de esto: VEA recibió ayuda
del gobierno cuando una editorial oficialista publicó una versión bilingüe de
los textos de Simón Bolívar, traducidos al Esperanto. También tengo entendido
que el gobierno venezolano ha ofrecido ayuda financiera a los venezolanos
habalntes del Esperanto que quieran viajar para participar en Congresos
Universales de Esperanto en otros países. Tengo entendido que incluso esta
facilidad, esta ayuda, ha sido ignorada por todos los venezolanos , fuera de
VEA, interesados en el Esperanto. Sé de primera mano que incluso Ricardo
Coutinho ha tratado de organizar un congreso nacional, para lo cual ha enviado
cartas y convocatorias y al parecer sólo una persona respondió. Un congreso
nacional necesita dinero para ser organizado y llevado a cabo. Los interesados
deben participar con una cuota, además de pagarse otros gastos como alojamiento,
etc. Sólo los cuatro o cinco miembros de VEA, como dice el señor Jaimez,
parecen ser los únicos en este país de 27 millones de habitantes, en estar
dispuestos a invertir un poco de dinero en un congreso nacional de Esperanto,
puesto que los otros esperantistas conocidos y contactados por correo
electrónico ni siquiera responden a las ideas propuestas y enviadas por Ricardo
Coutinho, el secretario de VEA. ¿Qué se supone que deba hacer VEA? ¿Falsificar
dinero e hipnotizar a los otros simpatizantes del idioma dentro de Venezuela
para obligarlos a dejar sus ciudades por uno o dos días para participar en un
congreso? Y sin embargo, como venezolanos, gastamos dos mil o cinco mil
bolívares en bebidas alcohólicas un viernes por la noche, o gastamos ocho mil
bolívares en un Blackberry nuevo, porque tenemos que estar a la moda.
¡Así somos los venezolanos! Queremos que nos den todo ya listo y hecho, pero no
queremos participar para construir algo en equipo...
Lo que me
parece la parte más injusta de esta carta es la parte en la que se culpabiliza
de todos estos problemas al Esperanto. ¿Cómo puede tener la culpa un idioma de
lo que su comunidad de hablantes hacen? El idioma puede ser total y
perfectamente neutral: lamentablemente las personas difícilmente lo saben ser. Y
para pertenecer a una asociación o club, hay que ser neutrales, como por
ejemplo cuando nos desagrada alguien por razones personales o porque tiene una
verruga en la cara, etc. Yo también he sido neutral en el sentido de que cuando
publico una idea polémica siempre aclaro que se trata de MI IDEA PERSONAL, que
no tiene nada que ver con VEA y sus otros miembros. El hecho de pertenecer a
una asociación no anula la libertad de expresión individual. No me parece
tampoco que VEA sea un "clubesito de enemigos del inglés", como
escribe el señor Jaimez. Hasta donde tengo entendido, yo soy el único miembro
de VEA que ha escrito ferozmente contra el uso del inglés como idioma
internacional. ¿Será que esa parte de la carta de Jaimez se refiere a mi persona?
Nunca durante mi presencia en VEA escuché hablar a los otros miembros en contra
del inglés. Algunos de ellos hablan inglés. Yo lo estudio en la universidad, y
no me considero "enemigo del inglés", me considero enemigo de la
imposición del inglés. Incluso si tal fuera el caso actual, me consideraría
enemigo de la imposición del español en el mundo (mi propia lengua materna), en
detrimento de un idioma planificado que amo y que utilizo con placer, el
Esperanto. Al igual que la diversidad de tendencias políticas y religiosas, los
miembros de VEA hablan distintos idiomas, y NUNCA en alguna reunión o
conversación que yo haya presenciado se asumió la postura de ser "enemigos
del inglés", ni colectiva ni oficial ni extraoficialmente.
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