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Thursday, July 14, 2011

El Esperanto por dentro

El Esperanto por dentro

Fernando de Diego

Si se hiciera una encuesta pública que indagara qué es el esperanto, obtendríamos el clásico “no sabe, no responde”. Algunos, acaso, se harían eco de las diversas vaguedades e inexactitudes que alguna vez se leen de pasada en los medios impresos.

La desinformación sobre el esperanto es de vieja data. De la lengua internacional se ha dicho todo, como si su mera existencia despertara en muchas personas un sentimiento de hostilidad instintiva. La lengua vernácula es, emocionalmente, consustancial con la figura de la madre, y cuando estas personas escuchan que el esperanto es un idioma artificial, reaccionan como si alguien quisiera escamotearles su madre natural y cambiarla por otra mecanizada o computarizada.

Estos señores no han tenido la oportunidad de enterarse de que, en realidad, e esperanto no es una especie de robot lingüístico salido de un laboratorio. El léxico fundamental del esperanto se compone de préstamos, en proporciones muy equilibradas, de las familias indoeuropeas aunque con predominio latino; por lo tanto ese léxico aporta las múltiples asociaciones filosóficas, populares y literarias que impregnan el espíritu de las grandes lenguas de cultura como el inglés, el español, e alemán, el ruso.

Así pues, la artificialidad del esperanto no es más que un criterio vacío forjado por quienes no conocen el esperanto desde dentro y lo juzgan conforme a sus prejuicios o a sus reacciones instintivas.

La definición más ajustada del esperanto sería la de una lengua natural regulada. Esta regulación se manifiestas, básicamente, en sus normas gramaticales. Como en el caso del léxico, la gramática del esperanto es una soberbia síntesis, pero desbrozada de excepciones e irregularidades; al mismo tiempo, se basa en un mecanismo aglutinante característico de muchos idiomas orientales. Esto hace que todos los pueblos encuentren en el esperanto algo familiar y propio bien en el léxico, bien en la gramática, bien en ambos aspectos a la vez. Podríamos decir que la estructura es oriental, el espíritu eslavo y el cuerpo latino y anglosajón.

La gramática del esperanto es absolutamente genial, un maravilloso juego de equilibrios: regularizada pero no encorsetada, simple y sutil a la vez, con unas normas que permiten la combinación libre de lexemas y morfemas, estimula la facultad creadora del escritor y el enriquecimiento de la lengua por evolución natural.

Quienes critican el esperanto lo conocen sólo de vista y desde lejos. Estos críticos desinformados aseguran que el esperanto ha fracasado ¡Fracasado! Hace algo más de cien años sólo una persona conocía el esperanto: su propio creador, el doctor polaco Luís Lázaro Zamenhof. Hoy el esperanto se extiende o tiene cultores por todo el mundo desde el Japón y Australia hasta los Estado Unidos y Argentina. En cien años se han publicado tantos miles de libros que la vida entera de una persona no bastaría para leerlos todos. Cada año se celebran docenas de congresos internacionales de diversa índole, con el esperanto como única lengua de trabajo y de esparcimiento. Algunos de estos congresos reúnen hasta 6.000 esperantistas procedentes de todos los rincones de la tierra. Emisoras de radio de Polonia, China, El Vaticano, Suiza y otros muchos países emiten en esperanto, algunas hasta dos veces diarias. Se matrimonios entres esperantistas de diversos países, cuyo único cuyos hijos hablan sus primeras palabras en este idioma artificial.

En cien años, apenas un suspiro en la vida de las lenguas, el esperanto ha progresado a pasos de gigante. Y si no se ha impuesto todavía con carácter general, la culpa hay que achacarla no a cualquier falla del idioma en sí, sino a la actitud de los políticos que, como es usual en ellos, marchan siempre a remolque de los signos de los tiempos.

Otra mistificación que circula en torno al esperanto alega que los esperantistas pretendemos imponer nuestra lengua como reina y señora suprimiendo todas las demás. Esto es un absurdo de tales dimensiones, que ni siquiera una mente enfermiza podría sostenerlo. Los esperantistas aspiramos a que el esperanto se utilice de manera oficial como lengua puente. Es decir que, junto a los idiomas y dialectos nacionales, coexista el esperanto para los desplazamientos y relaciones internacionales.

Algunos ven el inglés el idioma internacional del futuro. Pero ni el inglés ni ningún otro idioma natural pueden reunir las condiciones mínimas exigibles para el papel de lengua puente al que aspira el esperanto por derecho propio.

En primer lugar, todos los idiomas nacionales son terriblemente difíciles y su aprendizaje exige largos años de estudio y de prácticas constantes. En segundo lugar, la prepotencia oficializada de cualquier lengua nacional, digamos la inglesa, colocaría en humillante situación de inferioridad a las personas hablantes de toros idiomas, que tuvieran que usar su inglés postizo frente al inglés vernáculo de los británicos y de los norteamericanos.

Al margen de estas consideraciones, el predominio de las lenguas nacionales está sometido a los avatares de la dinámica histórica. En época anterior a la Primera Guerra Mundial el francés era la lengua que daba prestigio, la lengua de influencia universal, la lengua de la diplomacia, de la ciencia y de la literatura. Hoy el inglés supera dividendos, está de moda, da nota, su conocimiento se exige en todas partes… pero ni puede llegar al común del pueblo, como llega el esperanto, ni jamás será aceptado en desmedro de las demás lenguas nacionales. El ventarrón de la historia se llevará por delante al inglés, como ya se llevó al griego y al latín y a las aspiraciones universales del español y del francés.

Los esperantistas no somos enemigos de ninguna lengua nacional. Al contrario. En ningún grupo social existe tanto políglota como en el de los esperantistas. Pero comprendemos que esa misma adinámica histórica apunta al esperanto como solución del caos lingüístico en que vive el mundo.

Poco a poco otras barreras van cayendo atacadas por la necesidad de la integración en todos los órdenes: las fronteras políticas, las fronteras monetarias. Europa marca la pauta: diversidad dentro la integración. Algún día también por necesidad (porque no hay mucho que esperar de la razón humana) los rectores del mundo tendrán que poner remedio al tremendo desbarajuste babélico con su secuela infinita de gastos innecesarios (¿cuántos millones de dólares no cuesta el servicio de traductores de las Naciones Unidas o de la UNESCO?). En la época de las comunicaciones por satélites no tiene sentido que una sola imagen televisiva necesite los servicios de docenas de intérpretes para que sea asequible a la mayor parte del mundo.

¿Y mientras tanto? Mientras tanto, quien aprende el esperanto y se integra a su cultura adquiere una visión ecuménica de la existencia, comprueba que el mundo no es una masa impenetrable que ha de ser explicada por intérpretes oficiales u oficiosos, sino un enorme complejo cuyas dimensiones y perspectivas son fácilmente accesibles gracias a la lengua internacional.

El esperanto es sólo un idioma hasta que se aprende. Luego, cuando se aplica en la práctica, se convierte en instrumento catalizador de preocupaciones éticas, en llave maestra que abre las puertas del mundo a mil posibilidades.

El esperanto es una bella lengua y además una bella aventura. Vivirlas, bien vale la pena.

Nota del Departamente de Difusión de la Dirección de Cultura (UCV)

El Departamento de Difusión de la Dirección de cultura a cargo de Lic. Beatriz de Torres, a través de su variada e intensa programación de cátedras, foros, charlas, cursos, simposios y otros, y en su afán de continuar, entre otros objetivos con su tarea de vinculación a la Unviersidad con el diario acontecer del país y de la comunidad internacional, está realizando el Curso de Idioma Esperanto, dictado por el Prof. Fernando de Diego. Este curso tiene como finalidad difundir la lengua internacional Esperanto.

No es la primera vez que esto acontece en nuestra Universidad, ya que en otras oportunidades se ha llevado a cabo con la anuencia de un público entusiata entre los que se cuenta con estudiantes de la Escuela de Idiomas y profesores en todas las ramas universitarias.

Las principales manifestaciones del movimiento esperatista son los Congresos Universales de Esperanto que se organizan todos los años. La Asociación Universal de Esperanto (UEA), ofrece un programa amplio y variado de charlas, foros, hastas presentaciones teatrales y concursos de oratoria, y demás, cursos como el que el Departamenteo de Difusión ha auspiciado en esta oportunidad, cumpliendo, una vez más con una demanda de la comunidad universitaria, que enriquece el intercambio cultural de los pueblos.

Fuente: Cultura Universitaria, nº 112. Caracas, Revista de la Dirección de Cultura de la Universidad Central de Venezuela, diciembre 1991, pp. 64-65

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